Hoy vengo con una receta muy cortita, pero deliciosa..
El día a amanecido feo, hace frío, y precisamente por eso, me he acordado de este postre.
Más sencillo imposible, y en mi casa es algo que gusta muchísimo, sobre todo estos días fríos de invierno, además de por lo rica que está, porque nos recuerda mucho a mi abuela Rosario, una viejita que se fue hace ya años, pero que me dejó su cariño y su amor para siempre, y que fue la primera que me la preparó.
Ella, también la preparaba al vapor, y quedaba igual de rica, pero hoy os voy a explicar como la hacía asada.
La batata es un ingrediente que me encanta, ya sea así tal cual, asada, como en muchas otras elaboraciones: bizcochos, chips de batata frita...
Todos los recuerdos que conservo de mi abuela son buenos.
Era una mujer maravillosa, dulce, muy cariñosa y buena, que vivió casi un siglo, con todo lo que eso conlleva. La de épocas buenas y malas de nuestra historia que tuvo que vivir...
A mi me encantaba preguntarle por los años 20 (la época de su juventud), por como vivió la guerra civil y la posguerra, por la España de los años 50...
Era una persona que con ochenta y tantos años, era capaz de comerse una hamburguesa con manteca (le llamaba así a la mayonesa) si era yo quien se la hacía.
Era una gran cocinera, y la mayoría de las recetas de familia que he puesto ( y pondré) en el blog, las aprendí de mi madre, que a su vez las aprendió de ella.
Mi abuela asaba la batata en una vieja cocina de leña que tenía y no las he comido nunca tan ricas.
Pero en fin, como yo no tengo cocina de leña, si no mi horno eléctrico, tendré que conformarme, y os aseguro que sale también muy rica.
INGREDIENTES:
Batatas de tamaño medio
ELABORACIÓN:
Ponemos el horno a 170º aprox. para que se vaya calentando.
Lo primero es lavarlas muy bien bajo el grifo, ya que las vamos a hacer con su piel.
Después de eso, las envuelvo en papel de aluminio y las coloco en la rejilla del horno, a media altura.
El tiempo de horno dependerá del tamaño de las batatas, pero pueden tardar desde 45 minutos hasta casi hora y media.
Si las ponéis algo más grandes, os recomiendo que bajéis la temperatura a 150º para que se hagan más despacio y queden bien cocidas y dulces por dentro sin resecarse.
Es mejor no tener prisa, cuanto más tarden en hacerse, más dulces estarán, así que no subáis la temperatura para terminar antes
Para saber si está lista, la pinchamos con un palillo, y si entra fácilmente, ya está.
Yo en este punto, les quito el papel de aluminio (con mucho cuidado!!) y las dejo en el horno 5 minutos más, subiendo la temperatura hasta 200 para que tomen un poco de color. Solo 5 minutos.
Se pueden estar haciendo mientras comemos y pelarlas justo para el postre.
Yo las pelo, las corto en rodajas gruesas y les espolvoreo un poquito de azúcar, que con el propio calor de la batata se derrite y todavía le da un sabor más rico. Así lo hacía mi abuela, y así lo hago yo.
Pues ya está. Si hacéis bastante y os queda, próximamente podré en el blog un bizcocho de batata que sale riquísimo para que la podáis aprovechar.
Seguro que muchos de vosotros conocíais esta receta, y a los que no la hayáis probado nunca, deciros que la probéis, ya veréis como os encanta.