Aunque en el título pongo "de mi madre", es una de esas recetas que se hace en todas las casas, a veces añadiéndole alguna especia diferente, o cebolla, u otro ingrediente.
Pero para mí, inevitablemente va unida a ella, porque le encanta prepararlo así, sobre todo en estas fechas.
No puede ser más sencilla, y sobre todo, más rica.
Para mojar pan.
INGREDIENTES:
Unos lomos de bacalao
Una lata de tomate triturado
Unos dientes de ajo
Aceite de oliva
Una cucharadita de azúcar
Sal
ELABORACIÓN:
En primer lugar, corto a trozos el bacalao y lo desalo.
En mi receta de Bacalao con nata al estilo portugués explico detalladamente el proceso de desalado, pero os lo voy a poner aquí otra vez.
Como desalar el bacalao

Una vez cortado en trozos de más o menos el mismo tamaño, los enjuagamos en el chorro del grifo de agua fría.
Despúes, los colocamos en un recipiente con agua, y con la piel hacia arriba.
Para que el bacalao no se nos abra, lo ideal es que el agua esté bien fría, así que un truquillo puede ser echarle unos cubitos de hielo.
Lo tendremos así unas 36-48 horas, dependiendo del grosor de los trozos, cambiándole el agua más o menos cada 12 horas.
Durante este tiempo, el recipiente lo mantendremos en la nevera.
Una vez desalado, lo podemos dejar un par de horas remojado en leche antes de utilizarlo.
Así, estará mucho más jugoso.
Lo siguiente será pasarlo por harina, freirlo ligeramente, y reservarlo sobre papel de cocina, para que suelte el aceite.
Para hacer la salsa de tomate:

Para mi gusto, sale igual de rico (Desde luego, a ella le sale estupenda).
Lo primero es echar un buen chorrete de aceite en la sartén, y cuando aún esté frío, echar dos o tres dientes de ajo cortado a láminas.
Cuanto estén chisporroteando, añado la lata de tomate, y pongo el fuego bajo, para que no se nos pegue y se vaya haciendo "chop chop".
Lo remuevo de vez en cuando para que no se agarre.
No le añado sal de momento, no sea que el bacalao le aporte.
Cuando ya está prácticamente hecho, lo pruebo para ver si está ácido, y si es así, le echo una cucharadita de azúcar.
Le añado el bacalao y lo dejo guisarse un poquito dentro, teniendo cuidado no excedernos y que no se nos deshaga.
Pasado un ratito, compruebo si está bien de sal, o si necesito añadir.
Y ya está listo.
Mi madre lo suele acompañar con unas patatas fritas redondas.
Yo, en este caso, lo que he hecho ha sido cortarlas gorditas y confitarlas, para que queden muy tiernas y jugosas, y lo he adornado con un poquito de perejil.
En esta foto os muestro otra forma de presentarlo.
Como véis, no necesariamente hay que prepararlo como un plato completo, sino que también podemos presentarlo como una tapita o pincho de bacalao.
Espero que os guste!!
Por cierto, el blog ya tiene más de 200.000 visitas!!! En la vida se me ocurrió imaginarlo cuando lo empecé.
Es emocionante ver, que, a pesar de haber estado más de un año sin actualizarlo, habéis seguido visitando mi cocina y participando con vuestros comentarios.
Muchísimas gracias a todos los que os habéis pasado alguna vez por aquí!!!.