Los que leéis habitualmente el blog, sabéis que la primera parte de la Navidad la hemos pasado en Vitoria, y aprovechando esta circunstancia, os quiero hablar un poquito de esta preciosa ciudad, que ya tenía ganas.
Antes de conocer a Jose, no había estado nunca.
A decir verdad, ni siquiera era una ciudad en la que me hubiera fijado demasiado. Si que tenía muchas ganas de conocer San Sebastián, todo el mundo habla de lo preciosa que es (y efectivamente es verdad) pero en Vitoria no había reparado.
¡Que cateta, por Diossssss!!!!
Pero resulta que me eché un novio (ahora marido) nacido en El Bierzo pero criado en Vitoria, así que ahora tengo la fortuna de ir todos los años a esta maravillosa ciudad.
La primera vez que fuí y empezamos a pasear por sus calles, me quedé fascinada.
Bueno, fascinada y helada, que por algo se la conoce también como "Siberia-Gasteiz".
Los padres de Jose viven bastante céntricos, así que ahora, aprovecho cualquier excusa siempre que voy para darme unos buenos paseos por el Parque de la Florida, el "Paseo de la Senda", la "Plaza de la Virgen Blanca"...
Es una ciudad muy limpia, lo que más me llamó la atención las primeras veces que fuí, es la cantidad de parques y zonas verdes que tiene.
En el parque de Salburúa, hay hasta ciervos!!!
Por algo fué nombrada el pasado 21 de octubre, Capital Verde Europea para el año 2012, reconocimiento anual de la Comisión Europea para aquellas ciudades que destacan por sus políticas medioambientales y sostenibles.
La foto justo encima es de la
Plaza de España.
En sus soportales hay unos bares estupendos, (bueno, igual que en todo el centro de Vitoria) donde te puedes poner ciego a pintxos.
El Toloño, el Asador Sagartoki, el Saburti...son solo algunos de los bares que hay por el centro, todos con unos pintxos a cual más original y exquisito. Si vais por Vitoria no podéis dejar de visitarlos.
Es una debilidad que me entra en cuanto llego aquí. Da igual que sean las 5 de la tarde que la 1 del mediodía, como entre a un bar a tomar algo, me tengo que pillar un pintxo. Y es que están ahí, en la barra, tan originales, tan ricos, diciendo "comemé"... en fin...mejor sigo explicando la visita turística, que si no voy a tener que bajar a la cocina a prepararme algo.
El casco antiguo es realmente hermoso, conservando su trazado medieval original en forma de almendra.
La Catedral de Santa María, es de estilo gótico.
Es conocida popularmente como la Catedral Vieja, para distinguirla de la Catedral Nueva.
La reconstrucción de La Catedral Vieja ha servido de inspiración a Ken Follett, para escribir la novela "Un mundo sin fin", continuación de mi libro favorito (y el de muchos...) "Los Pilares de la Tierra".
Esta es la
Plaza de la Virgen Blanca, que es la patrona de Vitoria.
Esta plaza, también llamada Plaza vieja, es quizá el principal lugar de encuentro de Vitoria. Se sitúa entre los barrios del Casco Viejo y el Ensanche.
Estas fotos son de antes de la remodelación que le han hecho recientemente, prescindiendo entre otras cosas, de las zonas verdes. A mi, creo que me gustaba mucho así, aunque ahora tiene un aire muy moderno y en fiestas tan populares como la de la Virgen Blanca, todas esas zonas verdes se quedaban echas polvo debido a la gran aglomeración de personas en esta plaza.
Está rodeada de casas blancas con preciosas galerías, y en el centro tiene un monumento homenaje a la Batalla de Vitoria (1813), un episodio definitivo de la Guerra de Independencia Española, ya que la victoria aliada forzó la retirada definitiva de las tropas francesas de España (excepto de Cataluña) y obligó a Napoleón a devolver la corona a Fernando VII.

Esta es la plaza una vez reformada.
Y aquí una foto que me saqué con el amigo "Celedón"
El Celedón es un personaje muy querido en Vitoria.
Las fiestas patronales deVitoria, empiezan con la "Bajada del Celedón" en esta misma plaza.
Desde lo alto de la torre de la Iglesia de San Miguel, que es la que tiene las dos arcadas grandes , baja (suspendido por una cuerda) un muñeco con su paraguas abierto. Llega a un balcón, desde el que sale, ya convertido en humano, terminando la bajada y caminando entre la multitud, para llegar hasta la balconada de la iglesia, y dirigirse así a todo el mundo para animarles a divertirse. Mientras el celedón baja, la multitud le espera abriendo botellas de cava y encendiendo puros.
Teniendo en cuenta la cantidad de gente que se puede reunir en la plaza, es comprensible que hayan quitado las zonas verdes...
La foto siguiente el del Parque de la Florida, con la Catedral Nueva al fondo.
En este parque, desde hace muchos años, montan un Belén a tamaño natural que me parece maravilloso. La decoración la pone la propia naturaleza, y no es extraño que en estos días nieve y se cumpla aquello de "Blanca Navidad"
El palco de la música me parece simplemente maravilloso.
Antes montaban alrededor la pista de hielo. Ahora lo hacen en la Plaza de la Virgen Blanca y en mi opinión, la pista ha perdido encanto.
En estas fotos podréis ver mejor la catedral nueva.
Fué construida en la primera mitad del Siglo XX, en estilo neogótico.
Está dedicada a la Inmaculada Concepción.
Es la última gran catedral construida en España, y una de las más voluminosas.
Saliendo de La Florida hacia la Senda, nos encontramos con, en mi opinión, uno de los sitios más bonitos de Vitoria para pasear.
Empieza siendo el Paseo de la Senda, para luego convertirse en el Paseo Francisco de Vitoria.

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¿Habéis visto que mansiones tan bonitas?
Entre ellas, el Palacio de Ajuria Enea, residencia oficial del lehendakari, el Museo de Bellas Artes, o la "Casa de las Jaquecas".
Espero que os haya gustado este paseo por Vitoria y, dado que este es un blog gastronómico, áhora toca la receta.
Son unas bolitas riquísimas que hizo mi suegra en estos días que estuvimos allí. Ya he comentado en alguna ocasión que aunque como espinacas de vez en cuando, no es precisamente de mis verduras favoritas, pero en estas bolitas están taaaaaaaaaaaannn buenas...
En esta ocasión, al igual que los
coquitos , tampoco las he hecho yo, si no que me he limitado a fotografiar las de mi suegra.
Es la primera vez que las comía, pero con toda seguridad no será la última, porque las pienso incorporar a mi recetario habitual.
Además de ricas , salen muy baratitas, que la cuesta de Enero está ya aquí...
INGREDIENTES:

2 dientes de ajo
1 cebolla no muy grande
1 bolsa de espinacas
1 bolsita de gambas congeladas peladas de unos 200-250 gr.
2 o 3 cucharadas de harina
leche
sal
para empanar: harina, huevo y pan rallado
aceite de oliva
ELABORACIÓN:
Lo primero descongelar las gambas
Por otra parte, ponemos agua a calentar y hervimos durante 3 o 4 minutos la bolsa de espinacas.
Sacar y escurrir bien.
Las reservamos.
Cortamos los dos dientes de ajo menuditos y los ponemos a pochar.
Una cosa que he aprendido en la escuela de hostelería, es a echar el ajo con el aceite todavía frío, y añadir la cebolla cuando empiece a chisporrotear. Así evitamos que se nos queme. Antes siempre lo añadía después de la cebolla, con el aceite muy caliente y en nada se quemaba, pero haciéndolo así queda mucho mejor.
Pues eso, cuando el ajo empieza a chisporrotear, añadimos la cebolla cortada en brunoise (osea, a daditos muy pequeñitos).
Pochamos bien, a fuego no muy alto para que no se nos dore demasiado.
Añadimos las espinacas bien escurridas y cortadas a pedazos muy menuditos.
Rehogamos todo bien.
A los pocos minutos, añadimos las gambas bien picaditas, para que se hagan.
Cuando ya esté todo más o menos hecho, vamos añadiendo poco a poco las dos o tres cucharadas de harina, que no se nos dore demasiado.
A continuación la leche.
Dato importante sobre la leche: Mejor añadirla calentita que fría. Se queda la masa como más melosa, no se, mejor.
Cuando ya esté hecha la masa, apagamos el fuego y la dejamos enfriar, bien tapada con un film de cocina para que no se le cree una costra.
Una vez que la masa está fría, formamos las bolitas, ni muy grandes ni muy pequeñas.
Las pasamos por harina, luego por huevo y por último por pan rallado.
Y ya están listas para freir.
Básicamente son unas croquetas, pero para variar, tienen forma de bolita.
Se pueden freir en ese momento, o prepararlas con antelación y guardarlas en la nevera y freirlas cuando hagan falta. Con poner algo de pan rallado en el plato y taparlas con film, se quedan perfectas y bien formaditas.
Son muy pero que muy jugosas, y tienen un delicioso sabor.
Ha sido una entrada bastante larga.
Espero que no os hayáis aburrido y que os gusten las bolitas.
Una forma rica de comer verduras.
Y por supuesto, espero que os haya gustado esta hermosa ciudad.