Pues bien, resulta que he quedado finalista, así que la verdad, estoy de lo más contenta y me hace mucha ilusión.
Si a eso le añadimos que ya prácticamente he terminado los exámenes, el resultado es un fin de semana perfecto.
Y hablando de invierno, que por lo que parece, se niega a abandonarnos (aquí en Rota llevamos tres días con un tiempo de perros...) , una de las cosas que más me gustan de esta estación, son los Carnavales, o como se dice en mi pueblo,"Entroido".
Aunque vivo en Cádiz, ya muchos sabéis que soy gallega, concretamente de Verín, un pueblo de la provincia de Orense que para mi, es el mejor del mundo.
En esta época del año, lo echo mucho de menos, porque los carnavales son la gran fiesta de mi pueblo.
Intento ir siempre que puedo, la última vez en 2009, pero la verdad es que puedo más bien poco, por lo lejos que está.
Desde pequeña llevo en la sangre ese gusanillo del carnaval.

Hasta que me fuí a estudiar a Sevilla, con 19 años, participaba todos los años en el desfile de carrozas y comparsas.
De zíngara, de época, de arlequín, de maga, de chulapa... tengo que mirar el album de fotos para acordarme de todos esos desfiles. O mirar en el armario de mi habitación de siempre, donde mi madre los conserva colgados y preparados, dispuestos a utilizarse por si algún año podemos ir (Bueno, posibilidad de uso solo tienen los más holgados, porque hay algunos donde mis sesenta y pico kilos ya no entran ni pa Dios... El resto quedan para la siguiente generación).
Es una época de nostalgia, me recuerda muchas cosas, entre ellas a mi padre, que siempre iba con su cámara sacándonos un montón de fotos.
El carnaval de Verín es uno de los más antiguos.
No sale tanto en la tele como los de Cádiz, o Canarias (aunque todos los años me llama alguien para decirme que acaban de ponerlo por unos instantes en las noticias), pero si es muy popular en toda Galicia.
Es increiblemente divertido, quien viene de fuera repite seguro, y está lleno de tradiciones, como la de echarse harina (aunque poco a poco se va perdiendo, pero aún aguanta).
Hay una figura mítica que es el centro de este Entroido, el Cigarrón.

Este traje pesa unos 25 kilos, y no es nada fácil de llevar, las chocas (cencerros) que van atadas a la cintura por detrás, pesan lo suyo, la careta es de madera, con una mitra de metal que lleva dibujado un animal, y lleva faja y accesorios que dificultan mucho la movilidad. Es una tradición que pasa de padres a hijos.
Sobre su origen, se cree que está en los cobradores de impuestos del Conde de Monterrey, allá por el S.XVI, y al igual que los de aquella época, se pasean por el pueblo corriendo y fustigando con su látigo.
Es muy traje muy parecido a los "Peliqueiros" de Laza, un pueblo muy cercano con una gran tradición carnavalera.
El domingo y el Martes de Entroido hay un desfile, en donde se mezcla lo divertido de algunas carrozas o comparsas, con lo vistoso de otras. Suele hacerse un guiño a algún personaje que haya destacado durante el año, o satirizar alguna situación que se esté viviendo, como la crisis.
Os pongo algunas fotos del desfile.

En fin, quizá el año que viene pueda ir...
Y para ahogar las penas (bueno, más que ahogarlas, cebarlas), anoche decidí hacer empanada.
Ya que no estoy allí, al menos, que pueda saborear algo tan tradicional de mi tierra.
Las fotos no son para tirar cohetes, ya que, como os digo, fué ayer por la noche pero la receta si que os puedo decir que es muy rica.
No recuerdo siquiera quien me la dió, lleva años apuntada en una libreta antúgua de recetas, y la he hecho un montón de veces.
INGREDIENTES
Para el sofrito:
- Un par de cebollas medianas
- Dos dientes de ajo
- Dos pimientos rojos de asar
- Un pimiento verde de asar no muy grande
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimenton dulce
- Un tarro grande de bonito del norte
Para la masa:
- 350 gr. de harina de fuerza
- 150 ml. de agua tibia ( esto es aproximado, ya que dependiendo del tipo de harina admitirá más o menos)
- 1 trozo de levadura prensada de panaderia (Lo hago a cálculo, más o menos medio trozo de los que
venden en el mercadona)
- unas 7 u 8 cucharadas del aceite (Le podemos poner una parte de lo que nos fué soltando el sofrito, pues
le dará mucho sabor).
- 3/4 de cucharadita de sal
- 1 cucharadita de pimenton dulce
ELABORACIÓN
Empezamos con el sofrito:
Picamos las verduras menudas, y las pochamos en una sartén con abundante aceite (ya que luego utilizaremos este aceite para hacer la masa y también para pintarla).
Primero echamos el ajo, seguidamente la cebolla, después los pimientos, y cuando ya esté todo casi pochado, le añadimos una pizca de pimenton dulce, removiendo bien, y por último, el bonito desmenuzado, y lo mezclamos bien con el sofrito.
Apartamos y dejamos enfriar.
Es importante que este sofrito esté bien frío cuando lo pongamos sobre la empanada, pues si no, nos estropearía la masa.
De hecho, si lo hacemos un día antes, tiene incluso más sabor.
A continuación, hacemos la masa:
Ponemos la harina en un recipiente haciendo un volcán, y en el centro añadimos la levadura desmenuzada, y el resto de ingredientes.
Mezclamos poco a poco, y amasamos a mano sobre una superficie lisa.
No se debe abusar del amasado, para que no coja liga (Eso es cuando nos pasamos y vemos que la masa al intentar estirarla se nos encoge rápidamente)
Formamos una bola y la dejamos reposar tapada cerca de una fuente de calor para que leve bien. (A mi me gusta encender un horno pequeño que tengo de estos sin instalación. Lo pongo al mínimo y coloco encima el cacharro con la masa tapada)
Una vez que ha levado, dividimos la masa en dos. Con una parte haremos la base y con otra la tapa.
En este momento, ya habremos encendido el horno, a unos 200º para que se vaya calentando.

Sobre una superficie enharinada estiramos con el rodillo dándole la forma que queramos (redonda o cuadrada).
De grosor, unos 2 o 3 mm. más o menos.
La ponemos sobre un papel vegetal y a su vez sobre la bandeja del horno.
Le echamos por encima el sofrito, bien repartido.
Es importante que no lleguemos hasta el borde de la empanada con el sofrito, para dejar así un trocito de masa que nos ayude a cerrarla con la parte de arriba.
Estiramos el resto de la masa, cubrimos con ella todo el relleno, pegando bien los bordes con la masa de abajo, y retorciéndola con los dedos, para que nos quede bien cerrada y nos haga un buen "currusco".
El siguiente paso es hacer un pequeño agujero en el centro de esta parte de arriba, para que respire.
Pintamos con huevo batido y la metemos al horno.
Por cierto, si pensáis hacer más de una empanada a la vez, y de distinto relleno, ponerle una marquita a una de ellas para distinguirla.
Por ejemplo, yo a esta de atún le puse una pequeña bolita de masa.
Debe estar aproximadamente media hora, aunque todo dependerá del tamaño de vuestra empanada.
Cuando veáis que ya casi está, antes de sacarla, pintadla con un poquito del aceite sobrante del sofrito por encima. Le dará mucho sabor.
En esta foto podéis ver el relleno por dentro.
Por cierto, acabo de apuntarme al sorteo del libro "Recetas y Confidencias" que organiza Marta, de
COMO EN UN CUENTO.
Os lo digo por si queréis participar, el plazo termina hoy.