CASITA "DE VERANO" DE GALLETAS DE JENGIBRE

Este tipo de casitas de galleta se suelen hacer para Navidad.
He visto muchas de ellas por internet, y creo que son una preciosidad, y que cualquier niño al que le regales una casita de estas, se pondría super contento
Yo, la verdad, que no las había hecho en mi vida, pero siempre me han llamado la atención, así que las navidades pasadas compré un kit en el Ikea de la típica casita de galleta de jengibre , asegurándome que tuviera una fecha de caducidad altita, porque sabía que iba a tardar en hacerla.
Esta es una foto del kit:

Como véis, la casita venía con chimenea, pero el pequeño duende que andaba hace unos días por mi casa se la comió antes de que pudiera colocarla.

Pero bueno, como es una casita de verano, no iba a necesitar calentarse, jejeje.

Las galletas de jengibre no es que sean de mis favoritas, y menos si ya vienen hechas, pero en parte la compré para probarla, y en parte para coger un patrón que hacer después sobre mi masa de las galletas normal.

Como mi sobrino Emilio vive en Madrid, y nosotros en Cádiz, hasta que ha llegado el verano, (que es cuando hemos podido disfrutar de él durante unos días),  no he tenido oportunidad de hacérsela, y la verdad, no me apetecía esperar hasta las navidades siguientes, así que, pensé ¿Y por qué solo en Navidad?

Así que , como idea inicial pensé en hacerle una casita tipo ibicenco (Por eso el tejado es azul).

¡¡¡Ole mi menda lerenda!!!  ¡¡¡Que ilusa!!!

Después de pasarme toda la santa tarde haciendo glasa, caramelo, y  embadurnada de azúcar glass hasta las orejas, quedó claro que mi imaginación va más rápido que mis todavía escasos conocimientos de decoración galletil, y esto fué lo que me salió.

No pongo ninguna receta porque aunque tengo varias de galletas de jengibre, aún no las he probado, así que podéis hacerla con vuestra receta de galletas favorita.

Los adornos los hice con glasa real, que la preparé de la forma que explico en mi MIS PRIMERAS GALLETAS DECORADAS y las partes de la casita las pegué entre si con caramelo (El de toda la vida, derretir azúcar en una sartén antiadherente y listo).

Sobra deciros la carilla que se le puso al enano cuando vió la casita.
Como cuando me puse a montarla, ya no lo dejé entrar en la cocina, al verla acabada ¡¡¡ no se lo podía creer!!!

Estaba rica, y desprendía una aroma muy agradable a canela y gengibre.

Eso si, le duró varios días (y eso que la probamos todos),  no veáis como hartan esas galletas !!!
Para conservarla y que las hormigas no se acercaran, la guardamos en el horno durante esos días, ya que esto no cabe en mis cajitas de lata donde suelo guardar las galletas.

En fin,  dado que los niños de 3 años no mienten, creo que para ser mi primera casita no estuvo mal.
Ya estoy cabilando la siguiente, esta si con adornos navideños.